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El amuleto y su dueño
Una de las claves del enigma de la Biblioteca de Barcarrota es una nómina-amuleto circular de papel que apareció junto a los libros
En ella se había inscrito, en el anverso, el nombre de su dedicatario: Fernão Brandão, de Évora, señor de São Manços; y en el reverso una nota fechada en Roma en abril de 1551.
Fernão Brandão, portugués de Évora, signor de São Manços, ingeniorum cacumen
A chi ben si vogliano, non è cosa lontana et dificile.
E ancora che la tua patria sia lontano de la mia, [che tu non] ti ricordi di me, perchè io sempre me ricorderó di te.
E Dio te dia tanta bona ventura come io desidero, e altro non ti prego. Si +. Fu fata a di 23 d’aprili l’ano 1551 in Roma.
(‘A quienes bien se quieren, nada les es lejano ni difícil.
Y aunque tu patria esté lejos de la mía, [y aunque tú no] te acuerdes de mí, porque yo siempre me acordaré de ti. >
Y que Dios te dé tanta buena ventura como yo deseo, y no te pido otra cosa. Si +. Fue hecha el día 23 de abril del año 1551 en Roma’).
Recientemente se ha podido identificar a Fernão Brandão, un hidalgo y caballero de la casa del rey, que heredó de sus padres una extensa hacienda que incluía, por parte de su madre, una heredad sobre la que se instituyó el señorío de São Manços, título que aparece en la nómina y que pervivió hasta el siglo XIX.

El Tribunal inquisitorial de Évora recibió, entre 1547 y 1550, varias denuncias sucesivas contra Brandão, con dos acusaciones fundamentales: por un lado, un comportamiento irreligioso continuado; y por otro lado, la práctica de la sodomía con varios de sus sirvientes.
Las fechas concuerdan, y concuerda asimismo la heterodoxia del personaje, compatible casi al milímetro con la heterodoxia que exhibe la Biblioteca oculta.

Un amuleto de protección

El disco de Barcarrota se encuadra dentro de la categoría de los llamados amuletos textuales, breves textos de carácter mágico, propiciatorio, escritos o impresos en rollos o en hojas o trozos de pergamino o papel, que se portaban al cuello o se colocaban sobre alguna parte del cuerpo como protección contra peligros, enfermedades o malos espíritus.

La nómina de Barcarrota lleva inscritos varios textos de larguísima tradición mágica: la epístola apócrifa de Jesucristo al rey Abgar; el versículo 4.30 del evangelio de San Lucas; y una retahíla de nombres sagrados, incluido el Tetragrámaton, sustituto del nombre impronunciable Yahvé.

El modelo básico con que la nómina de Barcarrota se construye —una representación circular y una suerte de cruz que divide el espacio central en cuatro porciones simbólicas, con un nombre sagrado repartido entre ellas, como aquí el Tetragrámaton— cuenta con abundantes precedentes en la tradición iconográfica de la magia europea.
Sellos mágicos en la hoja sobrante de un manuscrito medieval. Bibliothèque nationale de France, Ms. lat. 3269, f. 85r. Alrededor de cada uno de los sellos se ha inscrito cuál es su poder
Hoc signum valet contra fulmina
(‘Este signo vale contra los rayos’)
Hoc signum contra demonia fantasmata, Tetragramaton
(‘Este signo vale contra los demonios y fantasmas, Tetragrámaton’)
¿Por qué Barcarrota?

La casa donde aparecieron los libros ocultos, hoy número 21 de la Plaza de la Virgen, se hallaba en el siglo XVI en una plaza conocida como altozano de Nuestra Señora, junto a la parroquia de la Virgen de Soterraño.
El altozano era en el momento en que se ocultaron los libros un área asomada al campo, con casas de morada entreveradas de corrales, huertas y cortinales.
Las viviendas más importantes de la hilera donde se ubica la casa de los libros se hallaban en manos de familias hidalgas, y existen serios indicios documentales de que el portugués Fernão Brandão vivió también allí.

¿Por qué Fernão Brandão eligió Barcarrota? Dado que Olivenza y su comarca formaban entonces parte del país vecino, Barcarrota se hallaba en el siglo XVI a tan solo unos 10 km de la Raya.
Cabe conjeturar que alguien de la posición de este hidalgo pudo querer estar cerca de la frontera para poder ejercer control sobre todo lo relacionado con su hacienda, radicada en Évora.
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